sábado, 25 de septiembre de 2010

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Ron Cabchic, gobernador del distrito sur y amigo del profesor, le había preguntado entre bocado y bocado en la cena de despedida, qué pasaría si se dejara de viajar a híper velocidad.
Todos se rieron ante la ocurrencia. Bueno, dijo el profesor, vivimos toda la vida así y no estaba mal. Sólo que no nos podríamos volver a ver.
Pero se quedó pensando junto con los demás del pequeño grupo, en que no era tan sencillo. El entramado de situaciones “en cascada”, como le había dicho al Presidente Obama, que se sucedieron después de la anulación práctica del espacio con la híper velocidad fue realmente prodigiosa. Había modificado profundamente la vida en las galaxias, y estaba lejos de agotarse.
¿Habría en el gobernador del distrito Sur alguna idea detrás de la pregunta producida por los excelentes vinos de Plane? ¿Alguna idea consciente? ¿O inconsciente quizá? Laster no dejó de preguntárselo. Esa noche tuvo un sueño:

Estaba recorriendo las orillas del remanso del Dirk Creeck donde todo el estado venía a practicar la pesca de truchas, buscando con su hijo el mejor lugar, cuando un gran salmónido de unos dos metros de altura, sacó la mitad del cuerpo del agua y tuvo con él una conversación muy convencional acerca de la mejor forma de agregar estabilidad a su coche todo terreno.

Se despertó asombrado del sentimiento de realidad que había tenido la escena onírica y se quedó un buen rato pensando lo que podría significar semejante discurso de la súper trucha, sin llegar a ninguna conclusión más allá de la extrañeza de la escena. Se preguntó qué le hubiera dicho el psicoanalista con el que se había tratado al comienzo de su matrimonio. Me hubiera dicho, imaginó, que surgía en el sueño algo que yo sentía extraño dentro de mí, o en mi historia personal, y me hubiera dejado con el enigma para que lo pensara.
En fin, se dijo, y volvió a dormirse. Por la mañana la historia del sueño lo acompañó durante el desayuno familiar.
Pensó nuevamente que el gobernador se traía algo entre manos. Lo absurdo de la idea hizo que la descartara de inmediato… y volvió a recordar el sueño. Dos cosas extrañas, el asunto del gobernador y el sueño.

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